En el siglo anterior a la primera proyección, y durante varias décadas después, se creía que una rápida sucesión de imágenes fijas podía verse como un solo movimiento continuo gracias a un fenómeno de la percepción conocido como Persistencia Retiniana. Desde entonces, numerosos científicos y psicólogos han rebatido esta idea.
Luego del salto retomamos una columna que esperamos sea material de consulta en este humilde reducto audiovisual, tal y como algún día lo serán los dichos del director.
Idea N° 2 | La Persistencia Retiniana
La observó por primera vez el poeta romano Lucrecio en De rerum natura [65 A.C.], la demostró girando un fósforo el matemático Irlandés Patrick D’Arcy en 1765 y la definió Peter Mark Roget 1824.
La teoría de que una imagen persiste un momento en la retina después de haber desaparecido del campo de visión inspiró una serie de aparatos ópticos que creaban la ilusión de movimiento partiendo de ilustraciones estáticas, entre ellos el taumátropo [maravilla giratoria] de Jhon Ayrton, el fenaquitoscopio [visión ilusoria] de Joseph Plateau y el deadalum de William George Horner, rebautizado como zoótropo [del griego zoos, «vida«, y tropos, «girar«]por William F. Lincoln en 1867.
[PAUSA] VIDEO | Zoótropo y Praxinoscopio
[…] Los intentos de especialistas en locomoción como Eadweard Muybridge y Étienne-Jules Marey dieron lugar, en la década de 1880, a la cronofotografía, que mejoraron Tomas Edison y los hermanos Lumière para sus respectivos kinetógrafo y cinematógrafo, que parecen basarse en la persistencia retiniana.
Dado que la mecánica de la grabación y proyección de imágenes en movimiento apenas se vio modificada entre la última década del siglo XIX y la era digital, la importancia de esta falsa idea psicoperceptual es incalculable. Lo cierto es que los psicólogos siguen sin explicarse el proceso cognitivo y neurológico real que tiene lugar al percibir un movimiento intermitente.
No hay duda de que el concepto de la persistencia retiniana por sí sola es una hipótesis falaz, pues el público ve las películas como un movimiento suave y continuo, no como una superposición de fotogramas. Sin embargo, tiene más sentido si se contempla en conjunción con el «fenómeno phi», o efecto estroboscópico, que explicó el Psicólogo de la Gestalt Max Wertheimer en su artículo «Estudios experimentales sobre la percepción del movimiento» [1912] y que aclara por qué, cuando las aspas de un ventilador giran, el efecto es el de una sola forma circular.
[PAUSA] Gracias a entradas como estas, se dan cuenta que videos como este, sólo nos venden algo por años mal aprendido…
Mientras que el fenómeno phi crea movimiento entre fotogramas a velocidades de proyección óptimas de entre 12 y 14 fotogramas por segundo, la persistencia retiniana impide que el espectador vea los espacios en negro entre las imágenes individuales, lo que causa una «fusión del parpadeo» cuando el rayo de luz proyectado se rompe a una frecuencia cercana a las 50 veces por segundo.
Sin embargo, otros expertos rechazan esta teoría a favor de la noción del «movimiento aparente», que sugiere que hay ciertas células en el ojo y el cerebro, responsables de analizar el movimiento, a las que se les puede «engañar» para que envíen una señal equivocada cuando reciben estímulos similares al movimiento.
Sea cual sea la verdad, para eliminar el parpadeo, el giro del obturador dentro del proyector tiene que permitir que cada imagen se proyecte en la pantalla dos veces. Así, cuando vemos una película, pasamos la mitad del tiempo mirando una ilusión óptica, y la otra mitad, sentados en la oscuridad ante una pantalla en blanco.